Cuánto tiempo llevaba sin publicar ninguna receta para el Mañoso!
Y es que la ocasión lo merece, porque en casa somos auténticos fans de los tomates secos. Hasta los hacemos nosotros! De distinta forma que en Caspe, pero es la manera casera de poder disfrutar de ellos. Os animo a pasaros por mi receta de tomates secos, y os haréis auténticos fans de estos tomates.
En esta ocasión no he utilizado de los caseros hidratados con aceite, son tomates secos sin macerar que son ideales para los panes, aunque los hidratados con aceite también se pueden utilizar para hacer pan.
Ingredientes:
-500 grs de harina panadera
-10 grs de levadura fresca
-300 grs de agua
-8 grs de sal
-10 tomates secos
Preparación
Ponemos los tomates en agua que habremos previamente hervido. Los dejamos unos minutos en ese agua.No tirar ese agua, dejar templar que será utilizada para los 300grs de agua necesarios.
Preparamos la harina, la levadura desmenuzada y el agua. Mezclamos previamente en un bol y cuando ya tengamos una masa más consistente y manejable, la echamos en la mesa y añadimos la sal y los tomates troceados. Amasamos hasta unificar bien todos los ingredientes y quede una masa lisa y suave.
Dejamos reposar unos 10 minutos y volvemos a amasar durante 15 segundos.
Repetimos esta operación durante 3 o 4 veces.
Dejamos reposar una hora en el bol, untado previamente con un poco de aceite.
Veremos que habrá doblado practicamente su volumen.
Es el momento de desgasificar, amasando durante unos segundos. Estirar la masa un poco y empezar con las esquinas de la masa a juntarlas en el centro, como si fuera un pañuelo, hasta formar una bola.
Dar la vuelta a la masa, y tensarla, rodando la masa de izquierda a derecha y rotándola para que se adhiera a la mesa, creando tensión.
Poner un trapo limpio en un bol y espolvorear una gran cantidad de harina (yo he utilizado un banetón de mimbre), colocar la masa, con la parte lisa hacia abajo, y con el mismo trapo tapar y dejar reposar unas 2-3 horas hasta que haya doblado su volumen.
Precalentar el horno a 250º, con un cuenco de agua en la parte inferior del horno y la bandeja del horno metálica calentándose.
Meter la bola de pan, habiéndole hecho unos cortes con un cuchillo para que greñe antes de meter en el horno.
Dejar durante 10 minutos a esta temperatura. Posteriormente poner 25 minutos a 220-230º y los otros 25 minutos a 200º.
Cada horno es un misterio y una forma de trabajar, yo he conseguido el mejor resultado con mi horno en estos tiempos y temperaturas. Ahora os toca experimentar a vosotros, ya que el pan es una experiencia fantástica que todos tenéis que probar, probar y probar...