Es dia 3 de Octubre y hoy celebramos en Twitter el #diadelaempanadilla.
Supongo que ya no hay que explicar estos días tan divertidos donde fijamos una fecha y una temática y nos ponemos a hacer como locos recetas. La verdad es que me encanta, ya que se están formando con la tontería unos recetarios la mar de útiles.
La empanadilla... este platillo tan recurrido y sencillo. No en su preparación, pero si en poder elaborar miles y miles de recetas contando con una masa bien casera o bien industrial (que las hay muy ricas)y preparar una cena o un tapeo de lo mas completo.
Seguro que en el día de hoy veremos infinidad de propuestas con miles de ingredientes, y son tan socorridas tanto al prepararlas (con lo que podamos encontrar en la nevera), como al conservarlas y tenerlas preparadas con antelación o incluso congeladas y con un golpe de sartén o de horno, están en un pis-pas.
En este tipo de eventos, me gusta darle un toque raro u original en la receta en la medida de lo posible, así que aunque me chiflan unas buenas empanadillas de atún o empanadillas de mermelada de tomate y queso San Simón como las que tengo en el blog, he cambiado por completo los ingredientes dándole este toque oriental. He utilizado pasta wanton, que quedan super crujientes y para mi gusto más ligeras que la masa de empanadillas propiamente dicha. La podéis encontrar en cualquier tienda oriental.
Ingredientes: (para unas 8 empanadillas)
-8 láminas de pasta wanton
-medio calabacín
-media cebolla
-1 diente de ajo
-un puñado de gambas peladas
-2 cucharadas soperas de salsa de soja
-aceite de oliva
-una pizca de jengibre rallado (opcional)
Preparación:
Picar el ajo en trocitos pequeños y la cebolla y pochar con un poquito de aceite en una sartén.
Añadir posteriormente el calabacín troceado en partes pequeñas y rehogarlo todo.
Cuando esté casi listo añadir las gambas peladas picadas, saltearlo todo e incorporar la salsa de soja y el jengibre.
Preparar la pasta wanton extendida, poner un montoncito del relleno en cada lámina y mojar los bordes de la pasta con unas gotitas de agua. Doblar dando forma de empanadilla y apretar los bordes que se pegarán con el agua.
Freír en abundante aceite caliente.